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Y como en publicidad todos nos queremos y amamos como hermanos, la mayoría de las entregas son en grupo, pero teniendo en cuenta que este es un fin de semana largo, la probabilidad de que el grupo se junte en su totalidad se reduce a casi cero. Es en este momento cuando la creación del Internet, msn, y tanta chuchería on-line exista cobra sentido para nuestras vidas. La modalidad a seguir es simple, se divide el trabajo en la cantidad de integrantes del grupo, se pone una fecha y hora límite para que se manden las partes y alguien (generalmente de mala gana) se ofrece a juntar todas las partes.

Debido al contexto de la situación, el cariño que se le pone al trabajo no es el más adecuado, pero se hace igual, mas que mal, es una nota para la universidad. Pero al momento de armar el trabajo llega una parte que está sospechosamente bien redactada y sin faltas de ortografía, sobretodo si viene de algún compañero no tan laborioso. Una vez que el acto del crimen queda descubierto, ya que nuestro querido compañero no se dio ni la molestia de cambiarle la fuente de la página de donde se robó la información, se pasan malos ratos, se pierde tiempo tratando de “maquillar” su parte cambiándole palabras por sinónimos o simplemente variándoles el orden. ¿El resultado? El profesor no nació anteayer y se dio cuenta del descarado copy/paste sacado de la primera página que le dio los resultados de búsqueda de Google , evaluó mal al grupo entero, y además los fichó de por vida, y salir de la lista negra de un profesor es más difícil que salir de Dicom, trust me.

Es por eso que desde las oficinas de La Panacea hacemos el llamado a repudiar estos actos de pajeritis aguditis, y auque la mayoría hemos caído en este deplorable acto, propongámonos no hacerlo más, y de mandar a quienes ya no pueden salir de este vicio a alguna galaxia lejana de la nuestra. Les prometo que será un mundo mejor para vivir.