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Miércoles 8:00 am y el profesor pide que se formen en grupos para que analicen una plantilla con tarifas de radios de la ciudad de Curacautín (no es que tenga algo en contra de Curacautín) midiendo GRP, CMR, OMG, WTF y que se yo, y lo único en lo que piensan los pobres querubines en la sala es que debieron tomar menos piscolas la noche anterior. Y es cuando un tímido pero decidido individuo desde el final de la sala hace la pregunta que hacer hervir en furia al profesor, pero que en verdad todos querían hacer, “Profe, ¿Y esto es con nota?”.

Seamos honestos, la mayoría no haría los trabajos, o no con empeño, si no fuera porque nos ponen nota. Y si hay algo que debes cambiar en tu vida para ser una persona de bien y amado por yisus craist, es la disposición para hacer trabajos sin nota, al fin y al cabo nadie quiere ser un alumno mochila, pero de ellos hablaremos en otro episodio. Entonces, la moraleja es la siguiente, aquel alumno “mamón” que llegó a la hora e hizo las tareitas que mandó el profesor aunque fueran sin notas, son los que finalmente más saben y mejor les va, y que por lo demás carretean a fierro merecidamente.